martes, 7 de junio de 2016

La Hauptplatz y el impuesto sobre ventanas

Hauptplatz
Dreifaltigkeitssäule
La Hauptplatz, la barroca Plaza Mayor, verdadero corazón de Linz, es una de las plazas más grandes de Austria (13.200 m2), cuya estructura actual data de 1260. Sobresale en la misma una imponente columna de mármol blanco de 20 metros de altura (Dreifaltigkeitssäule) dedicada a la Santísima Trinidad. Es un símbolo típico del barroco y se construyó en 1723 como muestra de agradecimiento por las catástrofes superadas: la guerra, los incendios y la peste. La plaza juega hoy un importante papel como punto de encuentro para los vecinos de la ciudad y se convierte en una visita ineludible para todos los que la visitan.

Altes Rathaus
En el número 1 de la plaza se encuentra el Altes Rathaus (antiguo Ayuntamiento, construido en 1514), en el que hoy se ubica la Oficina de Turismo, en cuyo pasillo de entrada se pueden apreciar los retratos del emperador Federico III de Habsburgo, del astrónomo Johannes Kepler y del compositor Anton Bruckner. Es interesante visitar el Museo Génesis situado al fondo del patio interior, aunque sólo sea para conocer las salas dedicadas a las glorias locales. A propósito de Bruckner, atravesando la Domgasse desde Hauptplatz se puede descubrir su perfil esculpido en la fachada de la actual Iglesia de los Jesuitas (Jesuitenkirche), la antigua catedral en la que fue organista.

También Mozart compuso su sinfonía Linz aquí, en el número 20 de Klosterstrasse (con entrada por el número 17 de Altstadt). En el verano de 1783 Mozart fue con su mujer desde Viena hasta casa de su padre en Salzburgo, a fin de mejorar la relación tensa que había entre su mujer y su padre. En octubre decidió volverse a Viena e hizo escala en Linz el 30 de octubre. Allí fue invitado a dar un concierto el 4 de noviembre en el Teatro de la ciudad. Por una carta escrita a su padre se sabe que "estaba obligado a componer una sinfonía a todo trapo". La noche del estreno la sinfonía estaba acabado y, probablemente, fue interpretada sin ensayo previo. La sinfonía nº 36, llamada Linz, acababa de nacer. Rápidamente adquirió gran popularidad y hoy continúa siendo una de las más interpretadas. 

Los mercaderes se instalaban en la plaza para aprovechar las oleadas de gente que acudían a las ferias que tenían lugar en Linz dos veces al año. Las autoridades legislaron para que el mayor número posible de comerciantes se instalaran en Linz, y además vieron en ello un posible filón que quisieron aprovechar  para incrementar los ingresos de las arcas municipales introduciendo el llamado "impuesto de las tres ventanas" para las casas, un impuesto que ya existía en otros lugares de Europa.


Palais Weissenwolff
A ojos de un político de hoy, el impuesto podía entenderse como progresivo y hasta redistribuidor de la riqueza. Como es lógico, pagaban más quienes más ventanas tenían, es decir, quienes tenían las casas más grandes, o sea, los más ricos. Si alguien quería más ventanas tenía que pagar más impuestos. El resultado inmediato fue que los mercaderes empezaron a construir casas con mucha  profundidad, a veces hasta 80 metros de largo y poco frente. Un ejemplo es la Feichtingerhaus de mediados del siglo XVII, en el número 18, con un pintoresco patio renacentista. En el número 21 una casa del siglo XVIII con fachada de estucos, en el 27 el Palais Weissenwolff, de 1660, mientras que en el número 10 se encuentra la Bürgerhaus, que conserva en la primera planta una ventana gótica de 1430 y una fachada del 1818.

Hoy, el impuesto de las ventanas se estudia en las escuelas de Economía de Inglaterra, uno de los países pioneros en introducir este impuesto,  como el paradigma del fracaso en política fiscal. El resultado fue el contrario del esperado. Casi todas las familias humildes y muchas de las ricas optaron por hacer casas sin ventanas o tapiaron las existentes, lo que conllevó un terrible aumento de las enfermedades sobre todo en las ciudades, carentes de alcantarillado público y las mínimas medidas de higiene. No solo las arcas no ingresaron la cantidad esperada, sino que, al decrecer la actividad artesanal y comercial, vieron disminuidos sus réditos por otros impuestos.

 En esta plaza siguen celebrándose mercados típicos como el de los agricultores (que tiene lugar los viernes) y un rastro (los sábados) donde se puede comprar prácticamente de todo, desde un disco antiguo hasta un oso pardo disecado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario