martes, 26 de enero de 2016

Austria en bicicleta, ¡qué bien!

Paisajes llamativos, un poco de ejercicio físico, vacaciones en grupo, aire puro, extensa red de vías específicas y bien señalizadas. Hemos decidido irnos a Austria en bicicleta este verano. Vamos a continuar nuestro paseo por el Danubio, que el verano pasado hemos dejado interrumpido en la frontera de Alemania con Austria, en Passau. Este verano llegaremos hasta Viena.

Por lo que hemos visto, la ruta es sencilla, cómoda y apta para todos los niveles. Es la parte más conocida y más frecuentada del Danubio porque cuenta con una infraestructura estupenda para los ciclistas. Un detalle que aporta tranquilidad es que en cualquier momento, si las circunstancias climatológicas, físicas o anímicas no acompañan, podemos utilizar el tren que recorre la ruta en paralelo al Danubio. Pasa y para en casi todos lo pueblos del recorrido, se puede ir con las bicis y los billetes se sacan en el momento.

Una de las cosas que los españoles que nos movemos en bicicleta admiramos de otros países europeos porque aquí escasea, es el respeto que tienen los conductores de automóviles para con los ciclistas. Por lo que nos han dicho, en Austria es absoluto y ese respeto, fácilmente apreciable, hace que tengas la sensación de circular sin ningún peligro por cualquier carretera sabiendo que tu presencia es tenida en cuenta. Ningún coche osa adelantarte cuando hay algún obstáculo para realizar correctamente la maniobra y si decide llevarla a cabo mantiene una distancia de seguridad importante con el ciclista.

Otra cosa que a buen seguro también nos llamará la atención es la tranquilidad de saber que puedes alejarte de las bicicletas y las cosas sin miedo. El índice de robos es casi nulo. Todo el mundo deja las bicis sin atarlas en cualquier parte, incluso con las alforjas llenas. Puedes dejarla sin problemas e ir a visitar un museo que a la vuelta estará allí intacta. También se pueden dejar las maletas en la recepción del hotel con total tranquilidad. Da gusto no tener que preocuparse. En este sentido el contraste con España es grande. La gente austríaca tiene fama de amable y educada y la mayoría habla inglés perfectamente. 
Otra maravilla apreciable es que está todo muy cuidado: parques impecables, ni un papel por el suelo, ni una farola rota. El transporte público funciona muy bien y los trenes son muchísimo más baratos que en España. Austria es en general un país muy cómodo para el viajero, e ideal para hacer cicloturismo.

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