martes, 26 de enero de 2016

El secreto de Goethe

Segunda etapa danubiana: Schlögen- Linz. Yo tenía otros planes para esta etapa, pero me dejé seducir por Claudio Magrís a través de las páginas de su fantástico libro El Danubio y decidí que mis compañeros de viaje y yo debíamos de dedicarle un día entero a Linz, la elegante, moderna y sugestiva capital de la Austria Superior. Según cuenta Magrís, ésta "era la ciudad que Hitler prefería y quería convertir en la más monumental metrópoli danubiana".

Nuestro periplo de hoy nos lleva por el Donauradweg (carril bici del Danubio) siguiendo la  margen derecha del río hacia  Aschach an Donau. Este pueblo tiene un centro histórico digno de ver, con hermosas casas burguesas de la Edad Media. Una vez reconocida la ciudad, atravesaremos el puente hacia el otro lado del Danubio y continuaremos a la vera del río en dirección a Linz y pedalearemos con fuerza para descubrir la hermosa ciudad donde Goethe se enamoró de Suleika.
Aschach an der Donau

Nos cuenta Magrís en su libro que en el número 4 de la Pfarrplatz donde ahora se encuentra el despacho parroquial de Linz, una placa dice que, de acuerdo con la tradición , en ese punto se hallaba la casa natal de "Marianne Jung, de casada Willemer, la Suleika de Goethe". Allá por el siglo XVIII, Marianne era una polifacética actriz "hija de una familia de actores de oscuros orígenes", que dejó prendado a un banquero en una de sus actuaciones. La moza por aquellos entonces tenía 16 años y el opulento Willemer bastantes más. Por doscientos florines de oro y una pensión anual, la madre de Marianne dejó ir a su adolescente hija con el banquero. Con él, la chica no sólo pulió sus modales sino que aprendió francés, latin, italiano, dibujo y canto y desarrolló un innato talento para la poesía. "Willemer llegó a pensar en casarse con ella, preocupado por la aparición , en su tranquilo horizonte, de Goethe".

Concurrida calle de Linz

Johann Wolfgang von Goethe tenía 65 años cuando conoció a Marianne y estaba escribiendo los poemas del Diván occidental-oriental. Marianne en El Diván se convierte en la amada Suleika, pero no sólo eso, ya que la otrora actriz de varietés escribió algunos de los más bellos poemas del libro, poemas que Goethe tuvo la desfachatez de firmar con su nombre y no con el de su autora. "Muchos años después de la muerte del poeta y nueve después de la muerte de Suleika, el filólogo Hermann Grimm, al que Marianne había confiado el secreto y mostrado su correspondencia con Goethe, que ella había custodiado con fiel secreto, dió a conocer que la mujer había escrito esos escasísimos pero sublimes poemas del Diván".

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